Para empezar, consideramos que la zorra no ha pensado en la cigüeña y la cigüeña tampoco ha pensado en la zorra. Está mal porque si tú le haces algo a los demás, los demás no tienen que hacértelo a ti. Pensamos que las dos han hecho algo malo, porque si una le complica las cosas a la otra, la otra no tiene por qué complicárselas a la primera. Nos parece que la cigüeña no ha sido buena amiga de la zorra.
Esto nos lleva a la conclusión de que no hay que hacerle a gente lo que no te gusta que te hagan, y es que no nos gusta que, cuando alguien te pega, tú se lo devuelvas, si no que debemos perdonarnos.
Opinamos que, antes de hacerle algo a alguien tienes que pensar si te gustaría que te lo hicieran a ti y la zorra no ha pensado en ello.
No nos parece bien que porque tu hagas algo a alguien sepas que te lo van a hacer a ti, pero devolverlo está mal.
Este tema de la comida y de pensar en lo que le gusta al otro cuando le invitamos a comer nos ha llevado a pensar en niños que tienen alergias alimentarias y las mamás de los otros niños cuando van a sus casas piensan en ellos y preparan comidas que pueden comer.
En otro orden de cosas, a una de nuestras compañeras la ha surgido la duda de por qué la zorra come carne, a lo que un compañero ha contestado que porque es carnívora, mientras que otra compañera opina que la cigüeña pone carne para dar envida a la zorra.
Consideramos que la cigüeña hace mal en vengarse y todo esto nos lleva a pensar que, si nosotros vamos a una casa y hay algo que está mal y no nos lo podemos comer lo decimos y es que, si la cigüeña se lo hubiese dicho, la zorra lo habría entendido y se lo habría cambiado.
Esto nos lleva a pensar que la zorra ha hecho mal al ponerla un plato que no puede comer, pero la cigüeña también ha hecho mal al vengarse. Creemos que ambas se están peleando pero como con platos de comida.
Otra cosa que hemos comentado es que a lo mejor la zorra y la cigüeña no tenian otro tipo de platos porque no están acostumbradas a recibir a otros animales.
Como conclusión de lo mencionado anteriormente opinamos que hay que contar las cosas a los demás para que nos puedan ayudar y que hay que conocer al otro antes de invitarle a nuestra casa para ponerle las cosas que le gustan.
Hemos de añadir que nos parece bien que la cigüeña se sirva a sí misma, pero no ha pensado en la zorra, que no tiene un pico tan largo. La zorra no ha podido comer de ese plato tan largo y eso nos ha llevado a acordarnos de gatitos a los que hemos visto comer de una lata y no podían sacar la cabeza.
Opinamos que la zorra envidia el pico de la cigüeña porque con ese pico podría comer cosas que la gustan.
Nos gusta que la cigüeña haya invitado a la zorra porque a lo mejor la zorra no se dio cuenta del problema de la cigüeña y ahora que la han hecho lo mismo, se está dando cuenta.
Además, nos da risa imaginar la cigüeña intentando coger la carne y nos parece mal que la zorra no haya pensado en ella.
Si la cigüeña se lo hubiera dicho a la zorra, ésta la podría haber ayudado y ponerla algo que pudiera comer. Y es que si te ponen un plato de comida, aunque no te guste, te lo tienes que comer porque ha costado mucho trabajo hacerlo.
Creemos que la zorra se ha dado cuenta de que la cigüeña no podía comer del plato, pero no se lo ha cambiado para que pueda comer.
Aunque la zorra haya visto que la cigüeña no puede comer de ahí, nosotros le habríamos puesto otro plato, pero la zorra estaba tan centrada en comer su plato que no se ha fijado en nada más. Y es que a veces estamos tan centrados en nosotros mismos que no pensamos en lo que necesitan los demás.
Por otro lado, pensamos que, si nos invitaran a comer, nos gustaría que nos dijeran que va a haber cosas ricas, pero no nos gustaría que al final no fuera así y no lo pasáramos nada bien.
Nos ha gustado que la zorra invitara a comer a la cigüeña porque nos ha recordado a cuando nos invitamos las amigas, pero no nos ha gustado lo que pasó después, que la cigüeña se quedó sin comer. Sin embargo, no nos gusta que nos inviten a hacer algo diciendo que nos lo vamos a pasar bien y que luego no nos lo pasemos bien.
Llegados a este punto, nos gustaría aportar que, si alguien nos invita a comer le decimos antes lo que nos gusta o cómo podemos comer, aunque, si nos invitaran a comer y tenemos confianza, si de diríamos lo que no nos gusta, pero si estamos con desconocidos, no se lo diríamos.
Hemos llegado a la conclusión de que, a veces, cuando nos invitan a comer es más importante la compañía que la comida en sí.
Para finalizar, es importante aportar que no nos ha gustado la expresión "donde las dan las toman" puesto que no hay que devolver lo que te hacen ni hacer lo que no te gustaría que te hicieran.
Y esta ha sido nuestra Tertulia por esta semana. La próxima semana no habrá Tertulias al ser puente. Volvemos el próximo 30 de abril con una nueva fábula.
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