El pasado Viernes 7 de mayo, en la clase de 4º B, tuvo lugar una nueva Tertulia Literaria Dialógica sobre la fábula "El ciervo en la fuente", de la que sacamos grandes enseñanzas, pero la más importante fue la de aprender a querernos a nosotros mismos.
Al igual que en tertulias anteriores, estuvo cargada de valiosas aportaciones y ricos comentarios e interesantes debates.
En primer lugar, nos parece mal que el ciervo hable mal de sí mismo, porque te tienes que querer cómo eres. Sin embargo, nos gusta que vea lo bonito que tiene, que son los cuernos, pero nos gustaría que también reconociera que tiene algunos defectos.
Nos parece que el ciervo es muy presumido, ya que, si tú estás cerca de un río te miras y es como si fuera un espejo.
Es importante añadir que nos parece mal que el ciervo no se gustara a sí mismo y no nos gusta que no le gusten sus patas.
Consideramos que tienes que quererte tal y como eres y después tienes que encontrar tus defectos, y nos parece mal que el ciervo no se quiera tal y como es, puesto que tiene que acostumbrarse a cómo es.
En otro orden de cosas, opinamos que hay que apreciar y valorar lo que tenemos, puesto que el ciervo no se da cuenta de que, si se va quejando de sus patas no va a apreciarlas. Pensamos que el ciervo tiene que quererse tal y como es y aceptarse.
Por otro lado, creemos que las patas le sirven al ciervo para correr y no debe menospreciarlas, puesto que el ciervo debe apreciar que tiene patas, aunque sean largas, porque, al menos tiene piernas y puede andar y es que el ciervo despreciaba lo feo y le gustaba lo bello, sin ver que lo feo también tiene su utilidad.
Otra cosa que ha llamado nuestra atención es que esta fábula enseña que a veces las personas despreciamos una cosa de nosotros y no nos damos cuenta de su utilidad. Por ejemplo, tú tienes un perro viejo y feo y uno bonito y joven y te salva la vida el feo y al final terminas apreciándole más.
Todo esto nos lleva a pensar que nos fijamos en lo externo y no miramos el interior. Y es que la belleza está en el interior.
A veces nos dejamos llevar por las apariencias y no nos damos cuenta de que lo que parece más feo se nos acaba haciendo de mayor utilidad.
Llegados a este punto creemos que, lo que te parece que más vas a usar pues al final no te sirve de nada, pero lo que menos utilizas te sirve de más ayuda. A veces, aunque no te gusta algo de tí, intentas sacar lo mejor de tí mismo.
Y es que debemos centrarnos en lo que tenemos y no pensar en lo que tienen los demás.
A veces tú cambias tu imagen sólo por lo que piensen los demás de ti. Si tú tienes algo y otra persona tiene algo que tú no tienes, tienes que apreciar lo que tienes y no querer poseer algo que no te sirva sólo porque lo tienen los demás.
Hemos llegado a la conclusión de que hay mucha gente que no se quiere como es y va buscando lo que tienen otros y no termina siendo ella misma.
Una persona que quiere ser como la que tiene al lado no es ella misma y para ser tú mismo no puedes ser como otra persona, puesto que, si tú vas a vestirte como otra persona, te vas a dar cuenta de que no eres tú.
Esto nos ha llevado a darnos cuenta de que, a veces estás con una persona completamente distinta a tí y, sin darte cuenta, te vas volviendo como esa persona.
A veces te quieres cambiar y te das cuenta que no eres tú misma al mirarte al espejo.
Con todo esto nos hemos acordado de que hay mucha gente que no se ha querido como es y se ha llegado a hacer una cirugía plástica y nosotros nos arrepentiríamos porque no nos gusta ser de plástico.
Es importante darnos cuenta de que tenemos que confiar en nosotros mismos.
Consideramos que, al intentar ser como otras personas no nos damos cuenta de que estamos dejando de ser nosotros mismos, y esto nos ha llevado a opinar que cuando quieres ser como otra persona eres como su perro.
Llegados a este punto, hemos comentado que hay personas que se burlan de otras y si no podemos cambiar nos sentimos tan mal que nos sentimos solos y no nos queremos a nosotros mismos.
Pensamos que, todas las personas por dentro son iguales y por fuera diferentes.
Un ejemplo que ha aportado una de nuestras compañeras es que hay un chico que quiere parecerse al novio de la Barbie y se ha hecho 20 cirugías.
No tiene sentido seguir la vida de otra persona en lugar de vivir la tuya propia.
Antes el ciervo no se quería a sí mismo y decía que sus patas no le iban a servir de nada y sus cuernos sí, y ahora en una ocasión de peligro, ha visto que los cuernos no le han servido de nada y las patas sí.
En conclusión, es importante comentar que, a veces no sabemos apreciar lo que tenemos y preferimos lo de los demás a lo nuestro y luego nos damos cuenta de lo afortunados que somos.
Y es que a veces nos hacemos amigos de las personas en las que antes no nos habríamos fijado porque nos ayudan en algo cuando no lo esperábamos.
Hay que pensar en la gente que no tiene la suerte que nosotros y valorar lo que tenemos.
Para ir finalizando, opinamos que las personas pobres valoran lo poco que tienen y las ricas no saben valorar todo lo que tienen como en la fábula "Ratón de campo, ratón de ciudad". Una persona que es rica, si un día deja de serlo, aprecia más lo que tiene.
No necesitas saber cómo se siente alguien pobre si sabes valorar lo que tienes. A una compañera si la dan a elegir entre ser rica o pobre, elegiría entre medias, aunque al final hemos llegado a la conclusión de que aprender a valorar lo que tenemos no va en ser rico o pobre, va en la persona.
Y esta ha sido nuestra Tertulia por esta semana. El próximo Viernes 14 de mayo volvemos con una nueva fábula.
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