jueves, 15 de noviembre de 2018

Descubriendo cómo ser caballero andante

En este capítulo, DON QUIJOTE no paraba de pensar, buscando nombres que sonasen importantes para él, para su caballo y para su dama.  

Algunos creemos que DON QUIJOTE tiene que descansar un rato y dejar de pensar, porque pensar tanto es muy aburrido. Otros opinamos que tiene que buscar, porque si te quedas pensando no te mueves. Y otros pensamos que  tiene que pensar bien primero y luego decir un nombre, porque no va a a estar cambiándolo todo el tiempo.

Tener un nombre es importante, porque si no tenemos no nos pueden llamar para jugar. 

Nos parece mal que al principio el caballo no tuviese nombre, porque todas las personas y animales tenemos derecho a tener un nombre. 
Unos piensan que Don Quijote podía llamar al caballo con un gesto y otros dicen que para que pudiera ser caballero andante el caballo tenía que tener un nombre. Y si Don Quijote no pone nombre a su caballo o a su dama, no los puede llamar. 

Pensamos que no hace falta que Don Quijote se cambie el nombre porque puede ser caballero andante con su nombre. Aunque si quiere cambiarse el suyo que lo haga, pero para cambiar el nombre a la dama, tendría que haber pedido permiso a sus padres, que son los que le han puesto el nombre y preguntarle a ella si quiere cambiarse el nombre, porque para cambiar el nombre a alguien primero hay que hablar. Pero como las historias de este libro pasaron hace muchos años, ya tienen que estar muertos todos y no pueden hablar. 

Como el caballo estaba muy flaco, pensamos que hay que darle de comer porque sino se va a morir. Por ejemplo, puede comer hierba.

El nombre de "El Toboso", nos suena porque unos primos nuestros estuvieron allí, en el pueblo de Dulcinea.
Y el nombre del caballo, Rocinante, nos recuerda a una profe que se llamaba Rocío.

La próxima semana más y seguro que igual de bien. Tenemos que leer el capítulo 3. DON QUIJOTE, CABALLERO ANDANTE.

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