Esta semana, hemos sufrido un poco con Don Quijote, porque han empezado sus aventuras como caballero andante y no ha salido muy bien parado.
Don Quijote dejó que su caballo Rocinante le guiara, pero un caballo no sabe por donde ir, no sabe cual es el camino correcto y puede ir a un sitio que no tenga salida y perderse.
Por el camino, Don Quijote se encontró a unos mercaderes y pensó que eran caballeros, les paró y les hizo prometer que Dulcinea era la dama más bella.
Esto nos ha parecido muy raro, pensamos que tenía que haberles preguntado primero quienes eran porque no tenían pinta de ser caballeros por su forma de vestir. Además no entendemos porqué tienen que decir que Dulcinea era la más bella. Aunque en los dibujos también salen luchadores que tienen que demostrar que la chica es la más guapa, y esto nos parece mal porque somos todos iguales chicos y chicas.
Los mercaderes se rieron de Don Quijote e insultaron a su dama y Don Quijote se enfureció y se lanzó a atacarles.
Es normal que Don Quijote se enfade, pero no que ataque, tenía que haber hablado con ellos y preguntarles porqué insultaban. Pensamos que si insultamos a los demás nos quedamos sin amigos y que hay que pedir perdón y solucionarlo. Pero si fuésemos Don Quijote, no iríamos a pegar, hablaríamos con ellos. Esta vez Don Quijote no fue buen caballero, porque hay que serlo sin pegar, así no va a ser el héroe que quiere ser.
Al ir a atacar a los mercaderes Rocinante tropezó y se cayó al suelo tirando a Don Quijote también. Entonces aprovecharon para darle un montón de palos a Don Quijote. El pobre no se podía levantar, menos mal que pasaba por allí un labrador y le ayudó.
Nos ha parecido muy bien como actúo el labrador, porque también nos gusta ayudar a los demás. Si vemos a una anciana en el suelo también iríamos a ayudarle a levantarse.
Y hasta aquí la tertulia de esta semana. En el próximo capítulo Don Quijote, vuelve a casa.
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